Cambié? Si, cambié mucho…

Pero que haya cambiado, no quiere decir que mi esencia es diferente, no, al contrario, siento que ahora está más en la superficie…

Cambié? Si, cambié mucho…
Photo by Ashley Batz / Unsplash

Que si cambié? Si, cambié mucho y hay mucho más cambio en camino, porque aún tengo muchísimas cosas por aprender y conocer de mi misma.

Pero que haya cambiado, no quiere decir que mi esencia es diferente, no, al contrario, siento que ahora está más en la superficie, ahora no solo la siento, sino que también la veo, en cada paso que doy, en cada decisión que tomo, en cada cosa que hago y hoy más que nunca la veo con agradecimiento y orgullo.

Hoy se que no actúo igual, que a simple vista me veo igual, pero el sentimiento es diferente; pero lo que he tenido que hacer para llegar aquí me ha costado mucho, me ha costado porque he tenido que dejar morir una versión de mi, que aún agoniza dentro de mí y miles de veces me hace dudar, porque se aferra como un parásito a mí y se rehusa a que le deje ir, esa parte de mí que no quiere que cambie, y duele, pero sé que de ella aprendí lo que debía y es hora de seguir construyendo una nueva versión de mi misma, que me va a acompañar por unos años a caminar este trayecto que tengo al frente.

Dejar morir esta parte de mi, ha sido como arrancarme algo que llevo adherido por años, ha sido dejar morir mis ganas de complacer a todo el mundo, aún cuando yo no era feliz, ha sido dejar de pensar en el que dirán, porque sé que las decisiones que tomo las hago con amor y templanza, ha sido poner límites donde antes no habían, porque he aprendido que quiero amar y ser amada con respeto, ha sido ser fuerte y enfrentar esas heridas que más duelen, porque sé que viéndolas de frente y sabiendo de donde vienen, es la única manera en que puedo sanarlas, ha sido ver mi vida con empatía, esa que doy a los demás y muy poco a mi misma, ha sido aprender a entenderme con amor y paciencia, y poco a poco deshacerme de todas esas creencias inculcadas que ya no calzan con mi vida, pero que las aprecio porque me ayudaron a crecer.

Cambiar me ha costado discusiones, desprenderme, deshacerme, me ha costado alejarme de cosas que me hacen daño y sé que tengo que dejar ir, aun cuando la costumbre me ha dicho que puedo aguantar más… he tenido que dejar ir justamente eso “puedo aguantar más”, porque hubo un momento de mi vida en el que me pregunté: porque mi vida se basa en que tanto puedo aguantar? Y cuando esa pregunta surgió en mi cabeza, el cambio me golpeó como una bofetada que me hizo despertar.

Me empecé a hacer preguntas que nunca me hacía, aún cuando me dolieran, aún cuando no quisiera ver de donde venían; pero tenía que hacerlo, porque para seguir adelante y ser la persona que siempre he querido ser, tenía que entender la persona que era y el porque tenía que dejar ir esa versión de mi misma.

Cambiar no ha sido fácil y nunca lo va a ser, pero estoy cambiando para darme una oportunidad, para verme al espejo y sentirme orgullosa, estoy cambiando para dejar de preguntarme que hubiera hecho si hubiera sido más valiente, estoy cambiando porque me cansé de apretar los dientes para no dejar salir lo que tengo dentro, estoy cambiando para que mi alma sane y deje de pesar, estoy cambiando para dejar espacio en mi cabeza en lugar de apretarla sobrepensando.

Hoy se que estoy cambiando para ser mejor yo y así poder ser mejor ahí afuera, mejor para el mundo que quiero construir y del que soy parte. Hoy se que estoy cambiando porque esa niña que se aferraba a mi, no calza con la mujer que soy.

He cambiado, si, he cambiado mucho, pero siempre hay una puerta que está abierta para el que me quiera conocer otra vez, para el que se quiera tomar el tiempo de conocer a la mujer que soy hoy… aún cuando como yo, miles de veces, quiera aferrarse y quiera ver a esa niña.

La puerta siempre estará abierta, solo es saber tocar...